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El futuro del Parque de Atracciones: estas son las instalaciones que se someten a examen y que podrían continuar

El Ayuntamiento de Zaragoza ha externalizado la revisión del centro de ocio antes de finiquitar la actual concesión



El Ayuntamiento de Zaragoza sigue diseñando el futuro del Parque de Atracciones, que quiere que sea más moderno y más grande, con nuevas atracciones. Polémicas aparte, el consistorio va a revisar todas las instalaciones antes de dar por finiquitado el actual contrato con la concesionaria, la única que ha tenido este centro de ocio en toda su historia. Para ello, ha externalizado una auditoría de las 19 atracciones que pasarán a ser propiedad del ayuntamiento una vez que la familia Morte -empresa encargada de la explotación desde los 70- abandone las instalaciones.

El consistorio zaragozano, fruto de la negociación con la actual concesionaria, se quedará con la mitad de las atracciones que tiene a día de hoy el parque. La idea es poder reutilizarlas en el futuro, una vez abran las renovadas instalaciones, aunque todo dependerá del resultado de la auditoría, cuyo coste asciende a 12.100 euros.

Según los pliegos de licitación, la empresa adjudicataria deberá realizar una comprobación de los componentes relacionados con la seguridad de los dispositivos, inspeccionar los sistemas hidráulicos, neumáticos, eléctricos y componentes, así como realizar en su caso los oportunos ensayos funcionales.

En concreto, deberá revisar el estado en el que la contrata deja el vertiginoso Ramsés, la montaña rusa el Moncayo – que reclamó la concesionaria–, la conocida Casa Magnética, la Cueva del Terror, el río Navajo, el Trenecillo, el Pequetren, la mini noria, el Laberinto de Espejos o los cars. Son las atracciones que pasarán a ser propiedad del ayuntamiento el 8 de febrero de 2025, de ahí que el periodo de revisión no pueda demorarse mucho y que el plazo de inspección sea únicamente de dos meses. En cambio, serán desmontadas otras como las norias, el Colorado Express, el castillo hinchable, el scalextric, el toro mecánico o la Isla del Faro.

Un futuro por desvelar

Sobre el futuro parque de ocio poco se sabe, más allá de que se ampliará su espacio hasta los 60.000 metros cuadrados y que incluirá un pequeño parque acuático y nuevas y "singulares" atracciones. Al menos esta es la intención de la alcaldesa, Natalia Chueca.

El último paso dado por el Gobierno del PP de cara al futuro del centro de ocio no ha estado exento de polémica, puesto que los vecinos alertan de que la ampliación de las instalaciones obligará a talar los árboles ubicados en esta zona. Una denuncia que llegó incluso al secretario de Estado de Medio Ambiente del Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico (Miteco) Hugo Morán, que destacó la "importancia" de evaluar el impacto de la modificación urbanística del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU).

Una modificación que salió adelante con los votos de PP y Vox a favor, y en contra del PSOE y ZeC en un tenso debate donde los vecinos exigieron que se priorizara la zona de monte. Desde el Gobierno del PP sí que admitieron la posibilidad de que tenga que llevarse a cabo esa evaluación ambiental, pero que será ya cuando se presente el Plan Especial sobre el que se justificarán los usos del futuro complejo de ocio.

Desde 1972

La concesión del Parque de Atracciones es la más antigua del ayuntamiento. Según consta en los expedientes municipales, se adjudicó el 11 de octubre de 1972. Los primeros años la familia Morte compartía su titularidad con dos bancos, hasta que un tiempo más tarde adquirió toda la propiedad. Más tarde amplío su negocio incluyendo la gestión del Acuario de Zaragoza o los antiguos paseos en barco por el Ebro.